Trigueros

Dibujando pequeñas colinas entre el Tinto y el Odiel se encuentra Trigueros, que debe su nombre a los ricos campos de cereal de la campiña que lo rodea. De visita obligada son el dolmen de Soto o el Pilar de la Media Legua, de origen íbero.

Disfruta de su pasado histórico gracias a la buena conservación de sus edificios y descubre la huella cultural que los jesuitas dejaron aquí desde que el Colegio de la Compañía de Jesús llegara al pueblo en el siglo XVI. Fue allí donde se instaló la primera imprenta de la provincia y donde se prepararon varias expediciones de evangelización a América. Muchos de sus alumnos han sido personajes ilustres de la historia.

Sus capeas y la cría del toro de lidia hacen de este pueblo un lugar clave para esta raza animal. Una joya del Condado que en otros siglos pasados tuvo hasta más habitantes que la capital.